lunes, 22 de noviembre de 2010

Lo llama "democracia disciplinar" cuando quiere decir dictadura...

Than Shwe, Secretario 1. Nunca ha concedido una entrevista y son escasas sus apariciones en público.
Desde su llegada al poder en 1992, siguiendo la tradición de gobiernos militares en Birmania, Than Shwe ha destruido las pocas esperanzas de democratización del país. Él lo llama "democracia disciplinada", en lugar de dictadura.
Su orden de liberar a la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi no supone que vaya a hacer lo mismo con su pueblo.

En 2005 ordenó trasladar la capital birmana a Naypyidaw. Las razones oficiales del traslado son que se encuentra en una situación central en el país (así se asegura una presencia militar continuada en regiones conflictivas) y bastante lejos de la aglomeración urbana de Rangún, demasiado congestionada con sus 5 millones de habitantes.

Según la oposición al régimen militar, la razón principal es alejar al gobierno de la costa por miedo a una invasión marítima por parte de una coalición liderada por los Estados Unidos. La nueva capital tuvo que ser construida, objetivo que en sí mismo muestra el sinsentido. El desequilibrio del dictador va más allá y hay quien afirma que el traslado de la capital se decidió tras recibir indicaciones de su astrólogo advirtiéndole que el cambio alargaría su reinado. 

Los birmanos no parecen dispuestos a desafiar al líder supremo. La última vez que lo hicieron, en la revuelta organizada por los monjes budistas en 2007, Than Shwe mandó a Rangún a su batallón más fiel y sanguinario y masacró a decenas de personas desarmadas.

En la siguiente foto, publicada en El País el 12 de Noviembre de 2010, observamos el desfile de las Fuerzas Armadas en Nay Pyi Taw.





La imagen parece dividida en dos partes que reclaman la atención; en la parte superior destacan las tres enormes estatuas que representan a los reyes birmanos Anawrahta, Bayinnaung y Alaungpaya, que transmiten con su majestuosidad el poder "impuesto", la rigidez e intransigencia que sufren los birmanos desde hace años.
El otro punto fuerte de la imagen, corresponde al brillante color rojo de las banderas y la seriedad y formalidad de los soldados en el desfile. Parece que no podría existir un decorado mejor para la fotografía.

Tanto las tres figuras como los soldados en bloque, forman un rectángulo con idénticas dimensiones, lo que dota a la imagen de una perfecta simetría. Se trata de una fotografía equilibrada, que consigue transmitirnos lo que se desea, la fuerza del poder.

El titular que corresponde a la noticia es "El largo camino del deshielo", realidad que contrasta con los deseos de la recién liberada Aung San Suu Kyi que el pasado 20 de Noviembre, en una entrevista con El País declaraba: "Quiero una transición pacífica, feliz y rápida".

En este delicado periodo de transición -la formación del nuevo gobierno y la elección de un nuevo jefe de Estado puede alargarse varios meses-, lo único que cabe esperar es que Aung San Suu Kyi logre la reconciliación nacional a través del dialogo y así conseguir la retirada del régimen militar.

David Jiménez, enviado especial en Rangún de El Mundo, afirma:
"La Dama, como la conocen los birmanos, se ha convertido en el único obstáculo en los planes del general. No puede eliminarla porque es hija del héroe nacional Aung San, asesinado en 1947 después de haber avanzado la independencia de los británicos. Tampoco expulsarla: se niega a marcharse. Y los años de detenciones no han logrado borrarla de la memoria del pueblo: sólo agrandar su leyenda.
Los birmanos sienten tanta adoración hacia Suu Kyi como desprecio hacia Than Shwe. Ambos se han desafiado a su manera -dulce determinación ella, represión él- en un pulso que vuelve a estar en la calle. En silencio, los birmanos suspiran por la victoria de la mujer que osó oponerse al Secretario 1".

CARLOTA CS

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