En mi opinión, existen dos tipos de imágenes , aquellas que pretenden provocar en su observador una reacción, como es el caso de la imagen de Kevin Carter, y otras en las que se observa una clara intención de mostrar morbo y sensacionalismo.
En algunas ocasiones, las imágenes que aparecen en los medios de comunicación pueden dañar la sensibilidad de las personas, no sólo de los lectores o telespectadores que las observan, si no de los propios protagonistas que aparecen en ellas. Algunos de estos protagonistas aparecen muertos, algo que en mi opinión atenta contra sus derechos personales, concretamente contra su imagen e intimidad. Creo que a nadie le gustaría salir en los medios cuando ya ha muerto ni en situaciones dolorosas donde aparezcan como víctimas o como familiares de esas víctimas.
Muchas veces vemos imágenes muy duras que en mi opinión no son necesarias para informar de la realidad. Uno noticia puede ser vista como real sin necesidad de mostrar los horrores que vemos en muchas imágenes.
Sin embargo, podemos hablar desde el punto de vista extremo, en otras ocasiones vemos imágenes horrorosas que realmente intentan provocar en el observador una cierta reacción. Generalmente esto no se consigue, solemos pensar en la situación que vemos como algo muy lejano, nos da pena, pero no actuamos. Las imágenes se nos quedan grabadas pero nosotros no reaccionamos ante el hecho, no hacemos nada por solucionarlo.
Yo opino que no se deberían publicar imágenes tan duras en los medios, se puede concienciar mediante la palabra y alguna imagen que no enfoque lo peor de la situación, me parece una falta de respeto el publicar esas imágenes que muchas veces sólo buscan el morbo. Se deben incluir imágenes que muestren la tragedia de una manera clara pero sin dañar la sensibilidad de la gente.
En el ejemplo que yo expongo, sobre la avalancha sufrida en Camboya durante la Fiesta del Agua, El País publicó unas fotografías en su página web que a mi personalmente me causaron horror. Sólo con el número de muertos que hubo sabemos el tamaño de la tragedia, para mi no es necesario ver el sufrimiento que padecieron esas personas.
Estoy de acuerdo con Milagros Pérez Oliva de que normalmente los medios tratan de manera distinta las tragedias que ocurren en países menos desarrollados en contraposición a las ocurridas en los más desarrollados. El caso de Haití es el más concreto, no sólo el del terremoto, como aborda el texto de Oliva, Las duras imágenes de una tragedia, si no el más actual, la enfermedad del cólera. Con esta nueva situación que ataca a Haití, los medios vuelven a sacar imágenes demasiado duras. En los países más desarrollados esta situación no sucede tan a menudo. Cuando sucedió la tragedia del 11-M, no recuerdo que salieran tantas imágenes de personas muertas, o restos humanos, simplemente con la imagen de los trenes destrozados y con el dato del número de muertos sabíamos la magnitud de lo sucedido, al igual que en el 11-S, ¿Acaso nos dan más información los cuerpos inertes y demacrados de Haití que las Torres Gemelas derrumbándose?
María SV
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